El aceite de rosa mosqueta se extrae de las semillas del
fruto de la Rosa moschata L.
Este aceite es un líquido oleoso, transparente de color
amarillo anaranjado y olor característico, presenta un elevado contenido en
ácidos grasos insaturados como oleico, linoleico y linolénico. Debido a la
elevada concentración de ácidos grasos insaturados que presenta en su
composición hace que este producto sea de gran interés cosmético.
Diversos artículos científicos describen su aplicación en la regeneración cutánea y restauración de tejidos dañados, estando especialmente indicado para atenuar cicatrices, arrugas y dar a la piel lubricación y tersura. Además presenta (debido al ácido linolénico y linoleico) un ligero efecto despigmentador.
Por todas estas propiedades es adecuado en formulaciones para:
- hidratación de la piel
- envejecimiento prematuro
- atenuación de línea de expresión y arrugas
- zonas específicas: cuello, párpados y contorno de ojos
- prevención de arrugas
- nutrición cutánea
Cómo hacer tu propio
aceite de rosa casero
1.
En primer lugar lavaremos y secaremos bien los
escaramujos. A continuación quitamos los bordes del fruto (como una judía) y partimos
por la mitad, quitando las semillas.
2.
Se colocan en un bote de cristal y añadimos aceite
de almendra hasta cubrir por completo los escaramujos.
3.
Por último cerramos bien el tarro de cristal y
guardamos en un lugar seco y fresco, durante al menos veinte días. Pasado ese tiempo,
colamos el contenido del frasco para
obtener el líquido resultante que ya estará listo para usar.