En nuestro afán por conocer las propiedades cosméticas de las plantas del mundo, este verano hemos estado en Marruecos y hemos visto in situ como se produce el aceite de argán.
Nos ha sorprendido ver como este arból que solo crece en esta zona del mundo, entre Agadir y Essaouira, zona oeste del Marruecos altlantico, está consiguiendo revitalizar economicamnete una zona empobrecida y dar trabajo e independencia a uno de los sectores que más lo necesitan, las mujeres del entorno rural marroquí.
En toda esa zona las mujeres se organizan en cooperativas que se dedican a la trabajosa labor de recolectar, machacar la almendra y extraer la semilla para después triturarla y obtener este “Oro líquido de Marruecos”, como lo llaman. Proceso totalmente artesanal y muy laborioso que estas mujeres realizan con una sonrisa en los labios. De esta forma consiguen ser reconocidas en sociedad y cada vez más a nivel mundial.
Desde allí nos cuentan las dificultades y laboriosidad necesarias para obtener este aceite, de ahí su precio tan elevado.
El aceite de argán, utilizado por las antiguas tribus bereberes del suroeste de Marruecos, es muy apreciado en cocina por su exquisito aroma y su suave sabor, y además presenta unas propiedades dermatológicas muy interesantes.
Destaca por su poder regenerativo, ya que ejerce un efecto rejuvenecedor sobre las células de la piel, es rico en vitamina E y ácido linolénico, y protege la piel de un envejecimiento prematuro evitando la sequedad y la deshidratación.
Taller Amapola quiere anticiparte la creación de su nueva línea de Aceite de Argán presentando en la Feria de Biocultura Madrid 2009 nuestro nuevo producto Crema Revitalizante Alma de Argán.