CURASANA, culito de rana.
Las plantas
medicinales son regalos de la naturaleza. Las tenemos muy cerquita, ahí, al
alcance de la mano y son ideales para solucionar algunos problemas de salud.
Caléndula,
hipérico, árnica… Son plantas que pueden ayudarte mucho en tu día a día, sobre
todo si hay niños en casa. Plantas amigas que resolverán fácilmente los
pequeños problemas de salud de tu familia: pequeños golpes, heridas, picaduras
de insectos…
¿Quieres
preparar tu botiquín vegetal casero empleando únicamente productos naturales?
Te contamos cómo hacerlo.
La
irritación, descamación y enrojecimiento de la piel son signos frecuentes que
pueden aparecer en cualquier tipo de piel y a cualquier edad. Las causas pueden
ser variadas: una rozadura de un zapato, un corte en la cocina, una picadura de
insecto, o simplemente que nuestra piel es reactiva y se enrojece con los
cambios de temperatura o resulta que nuestro hijo tiene la clásica “piel atópica”.
Para todos estos síntomas la caléndula es nuestra mejor aliada.
La caléndula es esa margarita naranja que crece como mala hierba
en cualquier jardín. Seguro que la conoces. Los pétalos de sus flores actúan
suavizando a la piel. Favorece y acelera el proceso de cicatrización, calma el
picor y alivia la inflamación local y además es antiséptica. Tiene un montón de
aplicaciones que podemos aprovechar sin los indeseados efectos secundarios de
otras sustancias y con muy buenos resultados, sobre todo en niños con pieles
reactivas o personas con psoriasis. En este sentido actúa disminuyendo el
picor, el enrojecimiento y la descamación y aportando nutrición a la piel.
El BÁLSAMO DE CALÉNDULA es un bálsamo concentrado a base de aceite de caléndula, manteca
de karité y cera de abejas que no debe faltar en tu botiquín casero o para
llevarlo en el bolso:
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Tu
hijo se cae y se hace un pequeña herida… Lavar bien ¡y aplicar bálsamo de
caléndula!
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Te
haces un corte en la cocina… Lavar ¡y aplicar bálsamo de caléndula!
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Te
han picado los mosquitos o las pulgas… ¡Aplicar bálsamo de caléndula!
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Te
sale una dermatitis que te pica un montón… ¡Aplicar bálsamo de caléndula!
El hipérico o hierba de San Juan es otro de nuestros aliados. Crece
en bordes de caminos y carreteras y al frotar sus flores amarillas verás que tiñe
de rojo. Esta planta es calmante, antiinflamatoria local, descongestiva y
acelera los procesos de cicatrización, por lo que es muy útil en aquellos casos
en los que la piel haya sufrido alguna lesión: pequeña quemadura doméstica o
solar, rozaduras y ampollas. También nos ayuda a descongestionar las piernas
hinchadas y a mejorar las lesiones del acné.
El BÁLSAMO DE HIPÉRICO contiene una elevada cantidad de aceite de hipérico y lo podemos
tener en la cocina de nuestra casa para aplicarlo directamente sobre la piel
dañada después de sufrir una quemadura. Solo una precaución con el hipérico:
puede ser fotosensibilizante. Por eso no se recomienda su aplicación antes de
tomar el sol.
Y qué
podemos decir de la flor de árnica,
planta de las montañas que crece a gran altitud y ha sido desde siempre la
planta antiinflamatoria por excelencia. Con efecto analgésico y antioxidante,
estimula la reparación de los tejidos y disminuye el edema. Árnica para aplicar
en dolores musculares, articulares, pequeñas inflamaciones, golpes y hematomas.
El BÁLSAMO DE ÁRNICA contiene aceite de árnica y de enebro que actúa también como
analgésico local potenciando el efecto calmante y antiinflamatorio. No puede
faltar en tu botiquín para:
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Aplicar
en masaje sobre músculos contracturados
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Articulaciones
doloridas
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Evitar
que salgan moratones después de un golpe
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Picaduras
de insectos
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Preparar
el músculo para el ejercicio
Menta, tomillo y eucalipto es una mezcla pensada para mejorar
la congestión nasal, despejar las vías respiratorias y calmar la tos. La menta
actúa refrescando y mejorando la circulación sanguínea en la zona, el tomillo
calma la tos y el eucalipto actúa como desinfectante.
El BÁLSAMO DE MENTA Y TOMILLO es nuestro descongestivo natural de vías respiratorias. Se
puede aplicar debajo de la nariz, en el cuello y en el pecho, frotado
suavemente para liberar los aceites esenciales que contiene para que
desinfecten el ambiente y actúen calmando la tos y mejorando la respiración. En
niños menores de 3 años se recomienda la aplicación en la planta de los pies.