miércoles, 14 de enero de 2015

PORQUÉ NECESITAS UNA CREMA HIDRATANTE





El agua es un elemento vital para la piel, la hidratación es fundamental para lucir un cutis luminoso, flexible y transparente. Las cremas hidratantes evitan la deshidratación y son imprescindibles en el cuidado facial diario.


POR QUÉ ES NECESARIO HIDRATAR LA PIEL

La piel contiene alrededor de un 70% de agua, del cual el 13% se encuentra en la capa córnea de la epidermis como agua que se evapora fácilmente, y el resto en la dermis como agua bien fijada al colágeno y la elastina. Ambas capas participan en el metabolismo del agua en la piel, y para que la capa córnea permanezca bien hidratada debe existir un equilibrio entre la difusión del agua y su evaporización en la superficie.

La película hidrolipídica que se encuentra en la superficie y los factores naturales de hidratación, ayudan a la capa córnea en sus 
funciones, evitan que el agua se pierda y actúan fijando el agua  
absorbiendo y almacenando la que se encuentra en el ambiente.

El ácido hialurónico, incluido en muchas crema hidratantes, es un mucopolisacárido presente en la dermis que permite los intercambios de agua entre la dermis, la epidermis y la sangre. Es una sustancia viscosa que retiene agua y  las alteraciones en su cantidad o calidad son causa de numerosas afecciones.

Debido a las agresiones externas como el frío, el calor, el viento, la contaminación o la sequedad extrema del ambiente provocada por las calefacciones, la capa córnea encargada de retener agua se fragiliza y empieza a perder sus funciones. La piel entonces se deshidrata volviéndose áspera, rígida, frágil y apagada con la pérdida consiguiente de elasticidad y turgencia y la aparición de  arrugas.

El agua que forma parte de la piel proviene del interior del cuerpo, de lo que comemos y bebemos. Exteriormente es muy difícil aportar agua porque la piel es impermeable en un 90%, por eso es tan importante para mantener una piel sana y luminosa llevar una dieta rica en alimentos que contengan agua como frutas, verduras, zumos e infusiones.

Evitar que el agua se pierda es la principal función que cumplen las cremas hidratantes. Para ello forman una barrera sobre la piel que evita la evaporación e hidrata con ayuda de principios activos humectantes.

TIPOS DE PIEL E HIDRATACIÓN

Las cremas hidratantes deben utilizarse todos los días por la mañana con la piel limpia y seca para mantenerla protegida durante todo el día.

Cualquier tipo de piel puede sufrir deshidratación, y ésta puede ser puntual y reversible si aplicamos una crema adecuada.

Una piel normal puede volverse seca en invierno o después de algún tratamiento médico y necesita una hidratante ligera que no contenga sustancias que taponan el poro como aceites minerales, siliconas o vaselinas.

Las pieles grasas también pueden sufrir deshidratación más difícil de detectar por el exceso de secreción sebácea. Desarreglos hormonales o la utilización de cosméticos inadecuados formulados con alcohol o sustancias muy astringentes pueden provocar esta sequedad. Deben emplearse cremas ligeras con poca grasa y con activos humectantes como glicerina o aloe vera.

Las pieles secas en las que ya ha se ven signos de envejecimiento cutáneo necesitan cremas que hidraten y nutran a la vez, suelen ser cremas regeneradoras más densas formuladas con aceites vegetales ricos en antioxidantes como el aceite de rosa mosqueta, argán, germen de trigo o aguacate.

Las pieles sensibles, más propensas al enrojecimiento, deben emplear cremas que no contengan ninguna sustancia que pueda resultar irritante, como derivados del petróleo, conservantes sintéticos o perfumes químicos, es preferible la utilización de activos naturales como aceite de caléndula, manzanilla, aloe vera, extracto de malva o azuleno.

ELEGIR UNA CREMA ADECUADA

La piel es un órgano vivo. Según el Ayurveda, las sustancias químicas no poseen la inteligencia de las células de los organismos vivos que les permiten preservar el equilibrio y la estabilidad interna. Por este motivo cualquier sustancia que apliquemos a nuestra piel debería estar elaborada únicamente a base de plantas, en este sentido debemos tener especial cuidado en la elección de los cosméticos que empleamos ya que muchos son demasiado densos para penetrar adecuadamente en el tejido por lo que se quedan en la superficie formando una película que tapona los poros y acumula suciedad.

La base de la formulación de las cremas naturales son los aceites vegetales como el aceite de almendras, aguacate, pepita de uva o de oliva, o maceraciones de estos en plantas medicinales. Además contienen otros principios activos como sustancias humectantes y suavizantes (gel de aloe vera, glicerina vegetal), extractos de plantas con diferentes funciones (extracto de malva emoliente, de ortiga astringente, de cola de caballo epitelizante..) y aceites esenciales puros que penetran hasta las capas más profundas de la piel donde cumplen su función, actuando como regeneradores cutáneos (rosa, ylan-ylang), antiarrugas (incienso, geranio) o calmantes (lavanda, neroli), además de proporcionarle a la crema un olor especial.

La diferencia en la textura de una crema hidratante depende generalmente de la cantidad de agua que contenga la formulación. Las emulsiones fluidas, ligeras que se extienden con facilidad y no dejan sensación grasa en la piel contienen de un 85-90% de agua. Las emulsiones más densas y difícíles de extender son más adecuada para pieles secas y contienen alrededor de un 70-80% de agua.